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Las "angulas de surimi" que venden ahora no es que sean una delicatessen, pero a veces vienen bien para acompañar a ciertos platos, o hacer unas nutritivas ensaladas (esto sí hay que reconocerles: el alto contenido en proteínas al que pocos harán ascos).
Añadirlas a una ensalada de lechuga y tomate puede parecer muy simple, pero siempre podemos aportar un par de trucos o cambios interesantes...
Ingredientes:
200 gr. de gulas (o como se llamen)
16 tomatitos cherry
1/2 lechuga hoja de roble o lollo rosa
8 guindillas de Ibarra (de las que no pican nada)
aceite de oliva virgen extra de arbequina
vinagre de sidra
sal Maldon
Elaboración:
El truco está en esos pequeños detalles que cambiamos sobre lo típico: el tipo de lechuga, los tomatitos, y el puntillo que le da la guindilla.
Por otro lado es importante aliñar con un buen aceite de oliva pero no muy potente de sabor para no matar el sabor de las gulas. Por la misma razón usamos vinagre de sidra, del que podemos añadir más cantidad que de otros (por ejemplo de jerez) y dejar la ensalada más jugosa sin que quede muy avinagrada.
Lavamos bien la lechuga, quitamos la zona más leñosa de la base de las hojas, la escurrimos y la cortamos en juliana fina.
Los tomatitos los lavamos y cortamos en cuartos. La guindilla en rodajitas.
Montamos los platos independientemente con una base de la juliana, sobre ella las gulas y finalmente la guindilla. Los tomatitos alrededor en forma bonita.
Salamos con sal Maldon un poco triturada y regamos con el aceite y vinagre a nuestro gusto. Y en pocos pasos habremos completado esta ensalada de gulas, sencilla pero sabrosa y completa.
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Dificultad: facil
T. Preparación: 10 min.